Soy una persona bastante miedica, pero que disfruta del miedo. Me encantan las pelis de terror y cuando las veo me sugestiono para pasar el máximo miedo posible, ya sea viendo El Resplandor, Al final de la escalera, Masters of Horror o Scream... Da igual el medio, yo consigo pasar miedo con todo. Me he cagado leyendo novelas de Koontz y King (The Shining hace nada), escuchando a Friker (uno de los peores fue una recreación de Amityville) e incluso viendo Cuarto Milenio (siempre con las recreaciones, un día una de satánicos me dejó loca).
Cuando nos mudamos a MA no caí en lo que iba a suponer no vivir en una casa adosada... es decir, no tener vecinos. Cuando no tienes vecinos, todos los ruidos que se oyen en la casa vienen de TU casa, es imposible que provengan de otro sitio porque NO HAY otro sitio.
Durante la primera semana que dormimos allí, la zona de la sierra norte vivía atemorizada por una banda de cacos que entraban en las casas a robar con la gente dentro. Perfecto. Me pasé un mes "durmiendo" mirando hacia la puerta. Entrecomillo durmiendo porque me metía en la cama pero no pegaba ojo hasta que hubiera amanecido y oyera que la HipsterMum se hubiera levantado. Luego me iba a la facultad y hacía pellas en la cafetería flipando de insomnio con los pijos que me rodeaban mientras escuchaba Marilyn Manson y el OK Computer en el discman (qué tiempos!).
Como decía, me metía en la cama y miraba hacia la puerta. Estaba absolutamente convencida de que iba a ver la sombra de unas botas militares que se acercaban a la puerta. No podía dejar de pensar en ello. Hay sistema de alarma, con unos infrarrojos que suenan muy poquito cuando alguien se cruza en su camino... Como suenan muy poquito, también le dedicaba parte de la noche a agunatar la respiración para ver si oía el click click del IR.
El problema de tener unos padres marchosos es que pasan mucho tiempo fuera de casa y del invierno que hay muchas horas de noche. Si llegaba y me encontraba sola, era incapaz de hacer nada. Me sentaba en las escaleras frente a la puerta principal con las llaves en la mano (siempre, no me las metía en el bolsillo, ni las metía en el cajón ni nada, en la mano, para poder huir y encerrar a la gente dentro de casa mientras llegaran los de seguridad) y esperaba a que alguien volviera a casa antes de poder funcionar como una persona. Se me dormía el culo, me moría de hambre, se me agotaban los temas de conversación conmigo misma, pero me tenía que quedar ahí, era la única opción posible. En cualquier otro lugar de la casa estaría desprotegida, si venían a por mí me encontraría desprevenida. Eso era impensable.
Tenía pensada una ruta de escape por si ocurría lo improbable y me pillaban dormida en mi cuarto. Mi miniventana da al tejado y podía tirarme fácilmente de ahí al jardín y escalar a la casa del vecino para pedir ayuda.
Tenía pensada una ruta de escape por si ocurría lo improbable y me pillaban dormida en mi cuarto. Mi miniventana da al tejado y podía tirarme fácilmente de ahí al jardín y escalar a la casa del vecino para pedir ayuda.
La ducha era otro gran problema en MA. El ruido del agua podría camuflar cualquier cosa... y si encima cerraba los ojos, las botas y el cuchillo del infierno vendrían a por mí de inmediato. Ducharme sola era impensable e incluso con gente en casa lo pasaba mal.
Eso era entonces, ahora lo tengo un poco más superado y al tener a la perra se alivian bastante las cosas, aunque a veces incluso se empeoran porque de repente se levanta, va corriendo a la puerta y se pone a ladrar (probablemente porque pasa un gato u otro perro) o se pone a escuchar algo que yo no puedo oír cuando estamos en el jardín.
Este verano que he vivido allí he demostrado que ya soy mayor, que he superado el miedo. He conseguido dormir allí sola de verdad, me he duchado y he cerrado las contraventanas sin pensar que al girarme habría malos en mi casa...
Pero el otro día saltó la alarma y como autónoma que soy me tocó ir a ver qué había ocurrido... Todo bien, hasta el momento en el que fui a meter la llave en la cerradura y pensé que había oído un ruido... Menos mal que lo racionalicé todo utilizando el argumento de la furgoneta... Si han entrado a robar, tiene que haber una furgoneta que utilizarán para escapar con el botín... Al no haber furgoneta, era imposible que hubiera alguien en casa. Eso sí, entré, subí la general, encendí la alarma y salí de allí pitando... Tampoco quise quedarme para verificar mi teoría.
(Paolo, por favor, no me dejes un comentario sobre lo que tú ya sabes que NUNCA me has contado y NUNCA quiero que me cuentes, por mucho que vivieras en un 11º).
1 comment:
Vivia en un 13º y de acuerdo mis labios seguiran sellados.
Yo solo decirte que suscribo tu blog totalmente y a mi lo de vivir en una casa me parece supervulnerable. Yo creo que es bastante normal y lo que pasa es que al final la gente se acostumbra.
¿ No has visto "The Strangers, no?
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