Cultura musical

Por motivos laborales me he venido a casapadres y estoy en la cocina currando mientras la HipsterMum cocina. Cuando llego está viendo AR pero me dice que lo quita para no molestarme y que pongamos música mejor. Está a punto de poner Radio 3 (su nueva radio amiga, como ya comenté) o los 40 (lo que suele escuchar) pero le digo que le voy a enseñar el Spotify que mola más. Me dice que de regalo del día de la madre (sí, queridos, en mi casa eso se celebra, muy a mi pesar, yo estoy súper en contra -casi tanto como del azul marino, pero esa es otra historia- pero nada, mis quejas caen año tras año en saco roto y el BritishCut o el MierdaMarkt disfrutan con nosotros). A lo que iba, que quiere un recopilatorio de Roy Orbison porque no encuentra el que le regalamos hace tiempo, lo quiere para el coche, para cantar.
En mi casa siempre ha sonado música y música de la buena. Mis padres crecieron en los Swinging Sixties, me muero de envidia. Muchas de las conversaciones que tenemos en las típicas reuniones familiares acaban con discusiones sobre quién es el mejor batería/guitarra, con cada uno tirando por su lado (que si Keith Moon, que si Danny Carey, Mano lenta o Pete Townshend...), si molaban más los Beatles o los Stones, lo típico.
Cuando empecé a escuchar música de verdad y metí en una vieja caja mis cintas de Bros, NKOTB y mierda varia saqué los vinilos de mi progenitor y me metí una sobredosis de los 60-70 y luego busqué los singles de la HipsterMum y bailé como loca a ritmo de los grupos más mods del planeta.

Ahora escucho Deerhunter mientras la comida hace chupchup y ambos vienen a preguntarme qué es. Les mola mucho. Mis padres se salen.

Pongo My Girls de Animal Collective y la cocina se convierte en una pista de baile improvisada.

Me planteo llevármelos al PS.

The Replacements

Estoy escuchando en loop el último disco de Maxïmo Park, porque soy tremendamente fanática de Paul Smith.
MP siempre me recuerda a un viejo amigo, tanto que me dan ganas de escribirle.

Si lo hiciera, éste sería el resultado:

Estimado Encholador:
Estoy escuchando en loop el último de MP y he pensado en ti. El disco está guay, a ver si vienen a Madrid y los veo por enésima vez.
Te beso.
L.

Respuesta:
Lauris, qué alegría me da que me hayas escrito. Te echo muchísimo de menos. Espero que te vaya todo bien. Todavía no he escuchado el disco porque no está a la venta y yo sigo totalmente en contra de las descargas porque son ilegales. A ver si nos vemos. Me he cambiado de casa, pásate cuando quieras (nunca estaré, no te cogeré el teléfono y no encenderé ninguna luz para que no sepas que estoy en casa, pero tía, vente que tengo mogollón de ganas de verte y te aprecio mogollón).
Tu amantísimo servidor
RdT

(Estos mails son ficticios. Recreaciones de la realidad, cual película mala de sobremesa de A3).

Meta

Durante esta semana voy a estar a tope y quería estar descansada. Por eso he decidido acostarme pronto (a las 12:30 estaba en la cama, con el mini portátil en el que estoy escribiendo, pero en la cama) y leer (gracias L7).
Me he debido de quedar dormida al muy poco rato y de repente he notado que alguien se sentaba sobre mi cama. He abierto los ojos y era Solarisss que ha empezado a hablarme de la BBQ de la semana que viene. Yo sólo podía pensar en que no me había levantado para abrirle la puerta de casa y no entendía cómo había podido entrar y encima aparecer dentro de mi habitación. He pensado que debía de estar soñando y me he "despertado". Ya no había nadie, pero me he tenido que levantar. Cuando he llegado al salón Solarisss estaba sentado en el sofá y la perra a sus pies, pero al darme la vuelta para mirar hacia la puerta, la perra también estaba durmiendo dentro del cuarto de baño. Dos perras. Me he empezado a agobiar. He racionalizado: seguía soñando.
Me he vuelto a "despertar".
Al levantarme de nuevo la perra estaba en la habitación, al salir he puesto la luz y estaba también en su cama y al darme la vuelta estaba debajo de la mesa del salón. Mierda.
Me he vuelto a la cama y al "despertarme" la luz del salón estaba ya encendida. Si yo estaba durmiendo, quién la había encendido?
Me he levantado, he vuelto a ver tres perras en vez de una y Solarisss ha vuelto a mi salón. Vuelvo a "despertarme", esta vez la luz ya no está encendida, en vez de eso, oigo que alguien fuerza la persiana desde fuera y la puerta corredera hace "clic" mientras alguien entra en el salón con pisadas mojadas que resuenan a goma de suela de zapatilla debido a la acumulación de agua de la terraza.
Ya no sé si levantarme o no, he perdido la cuenta, no sé ni dónde estoy.
Me levanto, enciendo la luz, todo está en su sitio, sólo hay una perra, apago a luz y al volver a mi habitación, ésta se vuelve a encender. Lo ignoro y me meto en la cama mientras el corazón se me sale por la boca y la sangre resuena en mis oídos.
Noto una naricilla fría que rebuscar entre el nórdico bajo el que duermo. Mi salvación en forma de bola de pelo. Abro los ojos y salgo al salón. Todo está en su sitio. Sólo hay una perra, Solarisss no está, la persiana está bajada, no hay huellas de pisadas.
Por fin conseguido despertarme. O al menos eso creo.

Y una puta mierda

Este post ha empezado siendo una celebración de la Lauritis en toda regla.

Pero paso. P-A-S-O.

Ayer el subidón de azúcar de unas tortitas inesperadas provocó un giggle-fest granizado-motorizado que me acompañó hasta volver a Melrose antes de tocar la pared y salir de nuevo a bailotear a ritmo de Las Franciscas y Micachu antes de la alocada sesión mapache de Slayer vs Britney. Era justo lo que necesitaba. Gracias.

Hoy hace un año que me rompí el dedo del pie.

Los blogs

Cotilleando cosas pasadas publicadas en un blog amigo me he topado con un blog que creo que no quería leer. Ha sido muy raro. Sé que los blogs están ahí para que los lea cualquiera, y que todos los que nos hacemos un blog sabemos que nos leen ojos conocidos y desconocidos y publicamos las cosas plenamente conscientes de ello.
Pero es la primera vez que siento que no debía estar leyendo lo que estaba ahí escrito.
He empezado a leer. He mirado las fechas. He ido a la primera entrada que se escribió en el blog. Y me he sentido como si estuviera cotilleando en el rincón más secreto e íntimo de esa persona. Como si estuviera invadiendo totalmente su intimidad.
No he seguido leyendo. Lo he cerrado corriendo. Me podía el sentimiento de culpa.

SMS matutinos

(Había quedado con mi amigo William para llevar su coche a la ITV porque esas cosas a mí me molan).

Spike:
Nena, mejor vamos mñn, q m stoy poniendo malo. Ahora dime, q llevas puesto?

DED:
Yo he estornudado 24 veces antes de salir de casa. Llevo mi uniforme de chacha francesa, que es lo que suelo llevar cuando trabajo en casa delante del ordenador.

Spike:
Dios, no sigas... Yo únicamente llevo pajarita y chaleco d cuero!

Si es que somos tal para cual.

Toma una magdalena, ridículo!

Hoy ha sido un día de recuerdos. Todo empezó con un bote de Nivea Clásica que ya de por sí me traería recuerdos si no fuera porque tiene una foto de una tiparraca en un columpio sonriendo en vez de la grafía blanca sobre el bote metálico azul. Pero los olores nunca fallan. Hacía siglos que no usaba Nivea pero la tinta a veces requiere total moisture y no hay nada más graso que la Nivea para que brille un tattoo. Fue abrir el bote y encontrarme repentinamente en el vestuario de una piscina a la que íbamos por Francos Rodríguez con mi abuela echándome la bronca por haberme tirado a la piscina sin que ella me viera. La pisci esa la llevaban unas monjas, íbamos porque nos pillaba al lado de casa y recuerdo que me querían mucho, porque yo de pequeña era muy loveable, tan rubia, tan mona, tan graciosa con mi capacidad lingüística y mi montón de libros. Un año las monjas me regalaron una mini virgen que me fascinaba porque era florescente. Horas de diversión en armarios oscuros... y por entonces no sabía ni lo que era jugar al spin the bottle.
Embadurnada en recuerdos y una fina capa blanca de crema (la Nivea es así) me fui a buscar al Hermanisimo y comimos en la encerrona de la semana en la que estuvimos viendo fotos de nuestra infancia y de la de nuestro progenitor para seguir con el madalenismo y recordé a mi familia echándome la bronca por limpiarme los besos de la gente, una manía que empezó con mi bisabuela que me daba ristras de besos de esos que sólo dan los abuelos españoles.

No aguantamos mucho allí. Odio las situaciones forzadas en las que el ambiente está lleno de preguntas que nadie se atreve a hacer y no tenía paciencia para estar haciendo small talk porque no me fiaba plenamente de mis facultades.
Me he pasado la mayor parte del finde Halo8ing sin saber muy bien por qué... Me meto en unas espirales absurdas de las que a veces no consigo salir hasta que no toco fondo y racionalizo y me doy impulso para volver a flote. No era el mejor día para enfrentarme a una posible reconstrucción de los hechos.

Pero no hay nada que no se cure con pasar 24 horas escuchando Joy Division, Jeff Buckley, los Halos y un loop de Hurt en versión Cash-Reznor.

Ahora vuelvo a tener la coraza en su sitio y los colmillos bien afilados.

Pajillera del papel

Ya he hablado antes de mi obsesión literaria y cualquiera que me conozca sabrá que soy una persona a la que le gusta lo material. No entiendo eso de leer un libro y regalarlo (entiendo regalar libros, me encanta regalar libros, pero no los míos). También he dicho antes que las bibliotecas me encantan como lugares donde descubrir autores nuevos cuyos libros luego me compro hasta completar su bibliografía completa, no para leerlos y volver a dejarlos en una estantería triste y solitaria hasta que llegue otro lector que probablemente no lo cuide tanto como yo.

Por eso, hay páginas que no puedo visitar, como Abebooks porque me encuentro pensando que pagar $500 por un libro firmado por XXX no es tan caro o que $900 por una primera edición es una buena inversión. Y lo es. De eso no cabe duda. Pero mi PQT tiene un límite, por ahora...
Esta obsesión me la pegó mi tío, fotógrafo de profesión, coleccionista de libros por pasión. Tiene 20 ediciones diferentes de su libro favorito, uno sobre pesca (otra de sus aficiones) con ilustraciones de no sé quién. Es una especie de cuento infantil sobre un señor que se va de pesca y tiene primeras ediciones, ediciones raras con portadas diferentes, ediciones paperback, ediciones hardback... Todo!!
Durante esta última visita he comprado dos, sólo dos porque en Londres me reservé para B'ton que tiene una librería donde me compro todos los Beats, que es el movimiento al que limito mi obsesión, aunque luego al llegar allí no tenían nada que llamara lo suficiente mi atención.

Los libros londinenses son una de las primeras ediciones en PB de La Naranja Mecánica, con una portada preciosa y pulpera.
El otro libro es mucho más antiguo, una edición ilustrada de Sleepy Hollow.

Son bonitos. Preciosos. Huelen a viejo y el de Sleepy Hollow ha pasado por muchas manos, de hecho en el interior vienen los nombres de algunos de los anteriores propietarios.

Me gusta coleccionar cosas, me gusta pasar horas muertas mirando webs de libros inalcanzables y leyendo noticias sobre el scroll de On The Road.

Ahora mismo el furor del vinilo me rodea, pero yo no me dejo. Últimamente me paso la vida escuchando el spotify o el lastfm de la pandilla cubitos para enterarme de las novedades, no siento necesidad de pasarme al vinilo. Sería demasiado peligroso.

Por ahora prefiero seguir compitiendo con el Capitán Cooke, o Uncle Beer, sus motes son intercambiables, aunque él me gana por goleada. Cuando le enseñé mi copia de ACO, él contraatacó con otra edición del Almuerzo Desnudo (grrrr!!!) y otro libro más de Hunter S. Thompson ilustrado por Steadman.

Es la guerra!!