26/07/2012

Soy una chica llamada Bridget (#32.156)

Esta mañana a las 9am en punto me ha llegado un WA de un cliente en el que me informaba de que no había terminado de escribir el texto que iba a mandarme y que todo se retrasaba hasta la semana que viene.

Como había planificado el día para empezar el texto antes de irnos a la playa, me he visto con un montón de horas por delante antes de ir a recoger al Ñoño para irnos de fin de semana. Y como SOY UNA CHICA he decidido que lo mejor era dedicar esas horas a mi cuidado personal. He empezado con una visita al Marco Aldany que tengo debajo de casa para leerme la prensa de corazón de gratix hacerme los muslos.

Mi gozo en un pozo porque al llegar no había nadie y he pasado directamente. No seré yo quien diga que le gusta esperar durante horas para le atiendan pero, coño, el Cuore me lo hojeo en 15 minutillos de nada y me quedo tan tranquila. Me ha tocado una señora de las que van rotando por allí. La única fija que hay siempre en la "boutique de estética" (casi me muero de la risa) es una chica sordomuda que se merece un post para ella solita y que llegará algún día.

 He entrado en el cubículo que me había tocado y ha venido mi depilatrix. Afortunadamente era de las que no hablan, que son las que me gustan, porque estoy harta de mantener conversaciones sobre el olor de la cera de chocolate ("Hija, yo vuelvo a casa empachada de estar aquí todo el día, que le digo a mi novio que no voy a volver a comer chocolate en mi vida y tó"), sobre lo fácil/difícil que es llegar al lugar ("Pues yo es que vivo en Pedralillos del Monte pero la combinación de tren a Plaza Castilla más metro hasta aquí me viene genial y sólo tardo 2 horas en llegar), sobre lo guay que es la cera fría ("Bueno, es que es una maravilla, no se tarda nada, na-da"), etc.

Pero -porque siempre hay un pero ya que la depilatrix perfecta NO existe- era de las que lo hacen "suavesito". ¿A quién se le ocurre?!?! Dame un tirón como si fueras Jason Statham (jarl!!) o déjame en paz. Vaya puto dolor. La piel ardiendo, los pelos saliendo uno a uno, lentamente, como cuando la profe de pilates (zzzzzz) te dice que vayas subiendo lentamente, vértebra a vértebra. Esto qué coño era, ¿¡el pilates de la cera?! Me he contenido para no decirle nada porque aunque no me hago las ingles (bendito láser) ni ninguna otra zona que no sean los inofensivos muslos, nunca se sabe. Ellas tienen una cuchara de madera y una freidora llena de cera ardiendo, ellas tienen el PODER.

Después de haber pagado por sus amables servicios me he dado cuenta de que también quería una mani-pedi y he decidido optar por los chinorris, porque aunque no lleve el pelo en un moño hecho con un lápiz, me gusta creerme que vivo en NY y eso en Madrid es muy difícil y como hace demasiado calor para ir sorbiendo café por la calle, los salones de belleza de chinorris son lo único que me queda.

Cuando he llegado no había nadie y las 6 jóvenes chinorris que había por allí se afanaban en poner a punto el local. Me han hecho sentarme en un sofá y una de ellas me ha traído un foot spa (desenchufado, que estamos hablando de chinaskis) y me ha hecho un gesto para que metiera los pies. Según los iba sumergiendo he echado mano de una Cuore que había en la mesa de al lado (¡¡por fin!!) y cuando la tenía en el regazo me he fijado en la fecha: julio... del 2011!! (putas chinorris!!). Antes de que pudiera mirar si había algo más actual en el montoncito ha llegado otra jovenzuela asiática para hacerme la manicura a la vez.

De repente allí estaba yo, con una china a los pies y otra a las manos, ambas hablándose en chino y contándose algo muy jarto (estoy segura de que de cada dos o tres frases una era "qué fuerte, tía", ése era el tono... quizá hablaban de mí pero no creo) y canturreando el hilo musical autóctono (suyo). Ellas iban gruñiendo palabras sueltas "agua", "mano", "¿color?" y yo me apresuraba en entender lo que me decían mientras intentaba pasar página a la Cuore Estilo para ver qué no me había puesto el año pasado.

Han tardado poquísimo en hacerme todo el proceso y me han dejado divina, hasta que he llegado a casa, me he sentado frente al ordenador para escribir este post y me he tropezado con el reposapies desgarrándome el esmalte de todas las uñas del pie izquierdo. Y aquí estoy, esperando que se me seque la capa que he vuelto a pintarme y rezando para que Nara no me la espachurre de un pisotón.

Bridget forever.