12/12/2008

Los jueves siguen ganando por goleada

(Warning: Post kilométrico)

Todo empezó a las 5 de la tarde cuando me dispuse a llevar al Bicho a casapadres antes de irme a cuidar de la pequeña Loc. Antes de llegar a la Topera pasé por mi tienda favorita y me compré un vestido maravilloso para mi cumpleaños y un jersey para el Hermanísimo gris con cuello pico para luego enterarme de que lo que quería en realidad era uno azul marino con cuello redondo... Estupendo...

En La Topera di de nuevo muestras de mi habilidad como la nueva Arguiñano arruinando una sopa juliana que "no tiene misterio alguno" pero que yo conseguí que se consumiera y fuera un reconcentrado que cabía en un vaso de nocilla. La pobre Loc dice que estaba bueno... mejor hubiéramos pedido pizza!

Nada más llegar PGH me llegó un sms del Sr. Lafontaine informándome de que estaba en una fiesta llena de "pijos guays en un ático en Plaza España" y supe inmediatamente que no podía faltar.

Allí llegué con mi look dominguero, vaqueros guarros y jersey -mucho FP, pero jersey igualmente-, cero glamour para codearme con gente que parecía sacada de Gossip Girl, todas Serenas y Blairs con conversaciones impactantes.

Antes de que yo llegara el Sr Lafontaine había estado hablando con las Serenas (una era clavada y llevaba unos zapatos que no podía dejar de mirar, con un poco de plataforma de tachuelas y tacón de metal brillante y la otra era Yola Berrocal en rubio) y una le había dicho que creía que el Público era un suplemento de El País, cosa que hubiera tenido muchísima gracia si no lo hubiera dicho en serio. Los ignorantes son los más sabios en realidad.

El triplex en el que se daba la fiesta tenía una terraza impresionante con barra de bar que es donde se cocía la marcha (aka el fumeteo droguil) y allí estuve hablando con un ser que era el doble de Ángel Cristo que me preguntó dónde me veía en un futuro... a lo que le contesté que yo no sabía ni lo que iba a hacer el fin de semana. Agobios metafísicos a las 12 de la noche de un jueves con luna llena no, por favor.

Cuando entré le comenté al dueño de la casa que me encantaba su piso y que el nombre de mi perra coincidía con su apellido a lo que él me contestó, "¿Es de Málaga?" Sigo esperando la explicación a esa pregunta, al igual que al comentario de una loca que se me acercó y me dijo que llevaba un "pin mod republicano" y luego me propuso que nos fuéramos a vivir juntas porque ella también quería vivir en el centro. Madre de dios, el alcohol y la noche... Mi serenidad me guía entre risas por todos ellos.

Yo iba mingling de un grupo a otro, eavesdropping las conversaciones, recogiendo momentazos como "Yo soy de San Sebastian pero tú eres más del norte, que eres de Pamplona" mientras observaba las obras de "arte" por allí expuestas y rezaba por que nadie se enterara de que traduzo pomposidades y me pidieran mi opinión.

Después de la fiesta en el triplex decidimos lanzarnos a la calle en busca de un bar y acabamos compartiendo barra con Pau Donés y con el rumor de que iba a cantarse unos temas... Según iba la noche, nada podía sorprenderme. El Gorrilla tuvo un momento Ágata Ruiz de la Prada en Muchachada Nui al confesarnos que "No puedo parar de crear" antes de que mi amiga la mod republicana decidiera brindar "por las mentes abiertas". Cringefest comparable al me follo a las mentes de Martín H.

Después de darlo todo en el Mondo, porque ahora que han cerrado mi local de los jueves he de moverme por nuevos territorios, acabé en el Reino Verde de la 4ª a horas realmente intempestivas y he protagonizado un momento Bridget en el Starfux que es parada obligada al salir de allí cada vez que recuerdo que tengo el coche aparcado en zona azul y que hay que pagar el SER a las 9 de la mañana.

Ahí estaba yo pidiendo mi muffin de moho y mi tall chai tea latte con leche de soja rodeada de trajeados/as con cara de mala hostia porque era viernes y se iban a currar, y cuando he ido a pagar ha salido mi sujetador enganchado al monedero y he notado cómo sus miradas de rancios se tornaban en miradas de odio. Yo les he devuelto sonrisa de guarrilla, he cogido mis cosas y me he ido dando saltitos por la calle a coger un taxi hasta mi coche donde me estaban esperando mis gafas de sol.

Qué felicidad. Gafas de sol. No se puede pedir más para soportar el atasco matinal después de un jueves de empalmada.

3 comments:

José Ramón Grela said...

Dios, lo de la fiesta en el triplex tuvo que ser brutal...
Ya te contare yo algún día lo de el día del orgullo gay en el que acabamos en la piscina de un chalet de arturo soria de una tipa que no conocíamos bañándonos desnudos a las 5 de la mañana...

Paolo2000 said...

Solo añadir que las segundas juventudes suelen ser mejores que las primeras ( Mas dinero, mas experiencia, menos non-sense)y las terceras ni le cuento...

Yo me quedo con esta frase, que es lo mas grande que he leido en mucho tiempo:

"y una le había dicho que creía que el Público era un suplemento de El País, cosa que hubiera tenido muchísima gracia si no lo hubiera dicho en serio"

Siga con sus cronicas, no rebaje la dosis

Dead End Doll said...

Ciertamente, volver a ser adolescente es genial!