Hoy el día ha empezado como el culo, y eso que es jueves, usually my favourite day of the week. Por alguna extraña razón (o quizá simplemente porque tenía frío) me he despertado de bajonazo, sintiéndome Bridget Jones en la escena del vino y he procedido a tener movidas con la famiglia, el INE, el portátil y la lavadora, y todo eso antes de las 10 de la mañana, con lo que he decidido que hasta ahí podíamos llegar y me he ido en busca de un nuevo lugar donde repartir hostias como panes porque nos han quitado la clase de kick y yo, como ya decía el gran Kun, "necesito un saco".
Cuando he vuelto a casa lo veía todo con muchísima más claridad... aunque eso quizá ha sido porque para entonces ya era la hora cocalait y el simple sonido de la lata abriéndose produce en mí un efecto Pavlov-sonrisa-despertares que nunca me defrauda, y entonces todo ha empezado a mejorar. He recibido una llamada sorpresa y me he puesto a currar como loca aprovechando la adrenalina y he terminado el trabajo que tenía pendiente para el lunes (sí, soy tremendamente workaholic).
Mientras me comía un sandwich con pandilla Drakis (para mantener mi nivel de hierro de niño de 12 años y mi 'skin as pale as alabaster') he visto que le han dado el Nobel a LeClézio... el autor que utilicé para mi dissertation del MALT en el que analizaba bilingüismo y traducción... así soy yo, que tan pronto te recreo los 114 minutos de The Goonies sin parar para respirar como te cito las obras completas del último premio Nobel de literatura... una combinación curiosa de elementos.
De propina, he decidido irme a Ikea con la progenitora en busca de ropa de cama de invierno y de rollitos de canela... un alimento básico que nunca puede faltar en la cesta de encima de la nevera.
De vuelta a casa la HipsterMum ha hecho un comentario de los suyos "Ayer papá me regaló el disco nuevo de Coldplay, no está mal, pero no lo he oído mucho porque últimamente he estado escuchando una radio nueva que me gusta mucho... está en el 95.8". Esta señora nunca dejará de sorprenderme, ¡ahora escucha Radio3! Me encanta poder fardar de madre.
Cuando he vuelto a casa lo veía todo con muchísima más claridad... aunque eso quizá ha sido porque para entonces ya era la hora cocalait y el simple sonido de la lata abriéndose produce en mí un efecto Pavlov-sonrisa-despertares que nunca me defrauda, y entonces todo ha empezado a mejorar. He recibido una llamada sorpresa y me he puesto a currar como loca aprovechando la adrenalina y he terminado el trabajo que tenía pendiente para el lunes (sí, soy tremendamente workaholic).
Mientras me comía un sandwich con pandilla Drakis (para mantener mi nivel de hierro de niño de 12 años y mi 'skin as pale as alabaster') he visto que le han dado el Nobel a LeClézio... el autor que utilicé para mi dissertation del MALT en el que analizaba bilingüismo y traducción... así soy yo, que tan pronto te recreo los 114 minutos de The Goonies sin parar para respirar como te cito las obras completas del último premio Nobel de literatura... una combinación curiosa de elementos.
De propina, he decidido irme a Ikea con la progenitora en busca de ropa de cama de invierno y de rollitos de canela... un alimento básico que nunca puede faltar en la cesta de encima de la nevera.
De vuelta a casa la HipsterMum ha hecho un comentario de los suyos "Ayer papá me regaló el disco nuevo de Coldplay, no está mal, pero no lo he oído mucho porque últimamente he estado escuchando una radio nueva que me gusta mucho... está en el 95.8". Esta señora nunca dejará de sorprenderme, ¡ahora escucha Radio3! Me encanta poder fardar de madre.
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