Desde ayer a las 7 de la tarde estoy viviendo uno de esos "días" en los que creo que soy protagonista de una especie de Show de Truman retorcido.
Todo comenzó con un inofensivo email que acabó en un correo bomba igualable a Hiroshima. Pensé que esas movidas pertenecían a un oscuro pasado del que ya me había librado. Qué equivocada estaba. Yo aprendo siempre a las malas, y a las malas he aprendido que a los trolls ni agua. Ni agua, oiga. Como dijo ayer Edie Falco en Nurse Jackie, serie a la que me estoy enganchando, "Sometimes the people who disgust you, just disgust you".
A continuación procedí a vapulear al saco con tanta fuerza que me fui coja y tenía moratones en los nudillos al llegar a casa, y mientras cenaba vi 4 capítulos seguidos de Californication antes de quedarme dormida. De la serie ya hablaré en otro momento, pero no creo que quepan más clichés por segundo.
Por la noche he soñado que mi abuela me enseñaba su tatuaje de Lola Flores a lo tapiz goyesco. Le cubría la espalda entera pero la cara no estaba definida y tenía que ir a terminárselo. Le daba pereza ir porque ya es verano, y es muy mala época para los tattoos. Es algo que sabe hasta mi abuela.
Me he despertado, me he puesto a currar, he apañado 2 citas para ver 4 pisos por Olavide que probablemente sean una mierda como todos los que llevo vistos hasta ahora y he tenido la conversación por mail del post anterior.
Como colofón he llamado a otro piso por la misma zona que tenía muy buena pinta. Todo iba bien hasta que he comentado el tema del Bicho, que no le ha hecho mucha ilusión. A la propietaria, una señora con voz de monja de clausura (esas cosas se notan), le he dicho que no se preocupara porque era pequeña, buena y que además no estaba sola porque yo trabajo en casa. Su respuesta, "Que trabajas en casa? En casa? Pero en qué trabajas que necesitas estar en casa?". Como soy tan polite que lidio con troles incluso cuando no se lo merecen, me he cortado de soltarle lo que realmente se merecía "De puta, señora, de puta".
Is this real life?
Todo comenzó con un inofensivo email que acabó en un correo bomba igualable a Hiroshima. Pensé que esas movidas pertenecían a un oscuro pasado del que ya me había librado. Qué equivocada estaba. Yo aprendo siempre a las malas, y a las malas he aprendido que a los trolls ni agua. Ni agua, oiga. Como dijo ayer Edie Falco en Nurse Jackie, serie a la que me estoy enganchando, "Sometimes the people who disgust you, just disgust you".
A continuación procedí a vapulear al saco con tanta fuerza que me fui coja y tenía moratones en los nudillos al llegar a casa, y mientras cenaba vi 4 capítulos seguidos de Californication antes de quedarme dormida. De la serie ya hablaré en otro momento, pero no creo que quepan más clichés por segundo.
Por la noche he soñado que mi abuela me enseñaba su tatuaje de Lola Flores a lo tapiz goyesco. Le cubría la espalda entera pero la cara no estaba definida y tenía que ir a terminárselo. Le daba pereza ir porque ya es verano, y es muy mala época para los tattoos. Es algo que sabe hasta mi abuela.
Me he despertado, me he puesto a currar, he apañado 2 citas para ver 4 pisos por Olavide que probablemente sean una mierda como todos los que llevo vistos hasta ahora y he tenido la conversación por mail del post anterior.
Como colofón he llamado a otro piso por la misma zona que tenía muy buena pinta. Todo iba bien hasta que he comentado el tema del Bicho, que no le ha hecho mucha ilusión. A la propietaria, una señora con voz de monja de clausura (esas cosas se notan), le he dicho que no se preocupara porque era pequeña, buena y que además no estaba sola porque yo trabajo en casa. Su respuesta, "Que trabajas en casa? En casa? Pero en qué trabajas que necesitas estar en casa?". Como soy tan polite que lidio con troles incluso cuando no se lo merecen, me he cortado de soltarle lo que realmente se merecía "De puta, señora, de puta".
Is this real life?
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