A lo que iba, ayer que corría la brisita, cuando dejó de pegar el solaco, decidí coger el portátil, sentarme en la terraza y encenderme un cígar mientras me dejaba enamorar por Don, porque esta serie hay que verla con un cigarro en la mano. Da igual que fumes o no, cuando ves Mad Men, respiras el humo que invade todos y cada uno de los espacios, desde la habitación de los niños hasta el despacho de los directores pasando por la consulta de los médicos.
Mad Men es una serie lenta, al principio parece que no pasa nada, pero poco a poco la psicología de los personajes empieza a meterse dentro del espectador y te das cuenta de que quieres saber más y más y más. Al principio puede parece hasta aburrida, sobre todo para los que estamos acostumbrados a ver series que discurren a ritmos frenéticos llenas de matices, guiños, pistas secretas y homenajes como Lost, Dexter, Prison Break o Supernatural, pero como buen grower que es, al final los atracones se agradecen.
Está rodada con mucho gusto y mucho mimo. Quizá se recrea demasiado en cómo era la vida entonces, pero lo hacen tan bien que se les perdona. Las mujeres son floreros, siempre divinas, siempre a las órdenes de sus maridos, con la cena lista para cuando ellos lleguen a casa del trabajo, los niños acostados y dispuestas a rematar la noche como dios manda. Fuman y beben estando embarazadas, tienen prejuicios machistas y alguna tiene aspiraciones laborales que sus maridos se afanan en sofocar.
Don Draper
El Hombre, así con mayúscula. El creativo jefe, el mandamás, el que todos quieren ser. Un rompecorazones vividor al que le sienta como un guante la típica camiseta blanca de Haynes. Tiene un pasado oscuro aunque los guionistas todavía están decidiendo si quieren explotarlo del todo o no.
Betty Draper
La esposa de Don. La mujer perfecta, es una deadringer de Grace Kelly y fue modelo antes de dedicarle su vida a tener hijos y a hacerle la cena a Don. A veces quiere trabajar porque se siente superada por la vida en la que se encuentra atrapada, pero en realidad le mola no tener que dar palo al agua. La actriz que la interpreta se llama January Jones, que suena a amiga de Tarta de Fresa.
Pete Campbell
Sueña con el puesto de Draper. Es un Trepa, así con mayúscula también. Todas sus acciones tienen un fin, nunca hace nada porque sí, lo tiene todo estudiado al milímetro. Bueno, todo menos una pequeña cosa que puede que vuelva para amargarle la vida en esta segunda temporada.
Peggy
En la primera temporada la conocemos como la recién llegada, la nueva secretaria de Don. Es una chica feúcha que pasa de intentar explotar cualquier encanto que pudiera tener escondido en lo más profundo de su ser. Ella va a la oficina a currar y cuando acaba el día se marcha. Pero Draper ve que tiene algo más y confía en ella, tanto que deja descolocados a los chicos, sobre todo a Campbell. Dará mucho que hablar en la segunda temporada.
Joan
Es la sheriff de la secretarias. Con un look que me hace babear, es la que pincha y corta, la que decide cómo van a funcionar las cosas y la que consigue que todo vaya sobre ruedas en la oficina. Tiene muchos líos con muchos tíos bastante babosos, uno de los cuales le pide más de lo que ella quiere ofrecer. Es el polo opuesto a Peggy, utiliza sus encantos para conseguir todo lo que quiere sin sentir reparo por ello en ningún momento. She knows her valentine heart is gonna take her places!
Y ahora, dejad de leer, no sé a qué esperáis, corred, corred, que lamula está deseosa de echar chispas.
1 comment:
Miss Draper, mañana le llamo y le cuento mi periplo almeriense por el Ola Festival
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