Una de las cosas que más odio de tener perro es pisar mierdas ajenas. Soy una persona muy respetuosa, siempre llevo bolsas de caca en los bolsillos de todos mis abrigos, sudaderas y en bolsillos interiores de los bolsos y en los casos en los que me quedo sin he llegado a recoger los regalos calentitos con un kleenex. Muy agradable, oiga.
Es por ello que me pone de una mala hostia tremenda pisar una mierda ajena por ir a recoger la de mi perra. La semana pasada no solo pisé una ñorda, ¡casi me mato por su culpa!
Césped húmero, regalito humeante y pendiente, resultado casi me rebozo en mierda. Afortunadamente no me caí y 'sólo' manché las Vans... las dos... de bota... hasta los tobillos.
Fue súper agradable dar el resto del paseo temerosa por si desprendía un olor repugnante... Aunque todo se arregló al encontrarme con Pseudosobri, porque sabía que si la cosa ponía tensa siempre podía echarle la culpa a sus pañales.
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