10/12/2013

Mandela a mi manera

Desde que murió Mandela la semana pasada tengo el odio disparado. Por supuesto no le odio a él, pobrecito, que parecía un peluche, sino al hecho de que por su culpa no dejen de poner música africana en todos lados.

Prefiero escuchar cumbia o Radiolé (la emisora, no el grupo de Oxford) durante horas antes que volver a ver una sola imagen con esta música de fondo. (¡OJO! Que acabo de enterarme de que esa canción NO es de la BSO de El Rey León. Toda una vida engañada).

Hoy ha sido el funeral, por lo que imagino que ya relajarán un poco los informativos y volverán a regalarnos emotivos reportajes sobre la subida del precio del marisco en estas fechas, y me ha sorprendido que los telediarios españoles remarcaran tanto que los sudafricanos hubieran montado una 'fiesta' para celebrar la vida de un hombre que tanto había hecho por su país.

Afortunadamente no he ido a muchos funerales en mi vida, pero en los pocos que he estado siempre me sorprende esa gran diferencia entre España y UK. Desde luego en el caso de Mandela, el pueblo celebra todos sus logros, pero banalizando un poco diré que IMHO todos los funerales deberían ser celebraciones, UK style. Cuando murió mi abuelo, mis padres seguían viviendo en la casa con jardín por lo que aprovechamos para reunirnos allí toda la familia y celebramos una 'fiesta'. Nos lo pasamos en grande, nos reímos muchísimo recordando todo tipo de anécdotas y aventuras. Con esto no quiero decir que seamos una familia de insensibles, puesto que también estábamos tristes y lloramos, de hecho se me caen las lagrimas mientras escribo estas palabras, pero fue todo de otra manera. En vez de centrarnos en lo duro que sería todo para mi abuela a partir de entonces, del vacío que sentirían mi padre y mi tía, pasamos las horas celebrando todo lo que fue mi abuelo, sus triunfos y sus fracasos y el recorrido de toda una vida.

No se me ocurre una manera mejor de despedirnos de alguien.



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