14/06/2013

La llamada

Ayer, después de una jornada de interpretación muy divertida en un lugar increíble, estaba comiendo tranquilamente en casapadres cuando sonó el teléfono. Al ver quién llamaba se me cortó la digestión. 

Conté hasta diez, respiré hondo, me serené y lo cogí... No tenía ni idea de qué querría, no se me ocurría motivo por el que quisiera hablar conmigo, pero sólo faltaría que encima me tacharan de borde. 



Yo: ¿Sí?
Ella: ¿Rosi?
Yo: No, soy Laura.
Ella (hilito de voz, tono de PAVOR): ¿Qué Laura?
Yo: Laura, la ex de tu hijo.
(SILENCIO)

Vaya ca-ga-da. 

Llevaba sin saber nada de nadie desde el lunes, pero se conoce que en esa familia el límite son 48 horas. 


¿Por qué me pasan estas cosas?


Socorro. 

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